martes, 24 de junio de 2008

ENTREVISTA AL MAESTRO UMAÑA LUNA, POR J. MAURICIO CHAVES BUSTOS.

ENTREVISTA AL DOCTOR EDUARDO UMAÑA LUNA, ESPECIALISTA EN DERECHOS DE FAMILIA Y DEL MENOR
Por J. MAURICIO CHAVES BUSTOS

Desde el punto de vista lógico, se advierte un distanciamiento entre los procesos naturales que se dan en el área de los sociocultural y el conjunto de las normas jurídicas. Esto parece ser válido para la mayor parte de las regiones del mundo, aun para aquellas que marchan a la vanguardia del desarrollo, pero se presenta con características patológicas en países que, como el nuestro, se hallan ante la expectativa del cambio acelerado y positivo.
E. UMAÑA LUNA[1]

Maestro, ¿las correccionales, a qué clase de población están dirigidas?
Depende por qué se entiende por correccional; en la práctica y en la realidad éstas no han servido para nada, por que su filosofía era reintegrar al menor en situación irregular al centro familiar del cual se había escapado, dentro de las virtudes de ese centro familiar. Está probado que la materia prima de la atroz violencia que toda la vida ha existido en Colombia se origina en la violencia intrafamiliar; ahora, si un juez de menores busca rehabilitar, ayudar al menor a que vuelva al medio de donde salió, comete un error, porque si su medio de crueldades y de picardías, para qué lo reintegran, ¿para que siga recibiendo todos los dolores de madres ineptas y padres a veces criminales?, no; no deben llamarse establecimientos de corrección, sino establecimientos de formación de menores desamparados o en condiciones difíciles, para tratar de formar ciudadanos de bien, que le sirvan al país y no constituyan después una carga, sobre todo en materia penal, a instituciones de tipo particular que sí prestan la buena labor y son ejemplo, respeto instituciones para formación del menor abandonado como la del Padre Nicoló, en la Sábana de Bogotá y algunas otras, pero esta es una labor del Estado, y este no tiene política alguna seria, tanto es así que la concepción de código de menores que regía, está siendo desplazada por la medida represiva del nuevo Código Penal, con la complicidad del congreso de Colombia, o con cualquier medida que puede salir en este momento, amparado en la Conmoción Interior, además, no hablemos de correccionales, sino que su acción se está ya dando en un montón de jóvenes campesinos, que en lugar de estar mejorando sus parcelas, sus cultivos, su agua potable, sus escuelas primarias, están dividiendo su tiempo entre la dura explotación tradicional agraria, y la formación militar; ¿qué clase de política estatal es esa?, ¿para defender un futuro humano que de un mejor porvenir al país?

En su último testo sobre El Niño[2], se habla sobre la necesidad de una interdisciplinariedad para actuar frente a la problemática del niño ¿podemos profundizar en este tema?
Es lógico, en un país enfermo, de tantos males sociales, económicos, psiquiátricos, etc., la sola disciplina de la juridicidad no sirve para atender el problema de los infantes, tiene que ser una acción conjunta, interdisciplinaria; primero, toma un papel fundamental la psicología y la psiquiatría; luego para la comprensión de estructuras, la comprensión de las ciencias económicas; en el papel de incorporar a la población de menores de edad a códigos que no estén basados, como el de napoleón en el derecho de propiedad, pues hay que hacer las grandes reformas en todo el derecho privado, esto es un error, sino incorporar toda esta política a favor del niño en el derecho social, es decir pasar del simple derecho privado al derecho publico. Y tal vez una de las formas que se debería cumplir, que existe en la Constitución del 91, que dice El derecho de los niños prevalecerá sobre los derechos de todos los demás, ¿sí? ¿cómo el de los niños que trabajan en las canteras?¿cómo los niños que nacieron adultos, que salvo el hecho biológico nunca han sido niños, porque han tenido la carga de ayuda al sostenimiento de un hogar donde faltan todos los elementos nutricionales, y donde el 80% de la población infantil, tanto en ciudades como en ciudades no gozan ni siquiera de agua potable, con escuelas primarias incipientes, a las cuales muy pocos acceden, sin puestos de salud pública y con hospitales cerrados?, ¿con más de dos millones de desplazados a unos centros urbanos que los mira con repugnancia y con desdén, con una población trabajadora que no tiene puesto de ninguna clase, con una violencia atroz que asola, sobre todo a los humildes? ¿Qué es lo que se está haciendo en política de educación al menor, y de readaptación, por ejemplo del menor que va a ser delincuente como el paso de la antisociabilidad de las comunas a la delincuencia, con la retención en esas universidades del crimen que son nuestras cárceles, nuestras penitenciarias? Eso de la caridad cristiana, donde grupos de damas de la más alta sociedad cada año se reúnen llenas de unción cristiana, por la época del Niño Dios para poder botar un mendrugo de pan a las niños hambrientos y para en los 364 días restantes, mirarlos con la repugnancia que a las clases altas les inspiran los camines esos, los pobretones esos, los infelices esos. Ahora, las brigadas universitarias, que para sus prácticas de lo que han aprendido en sus respectivos pregrados, pues a una de las cosas a las que deberían estar dedicadas con su ciencia, si la tienen, es el saber, por ejemplo estudiantes de salud pública, cómo se combaten los graves problemas de salud de los menores abandonados, ¿se ha visto a los psiquiatras tratar ese gravísimo problema de las esquizofrenias conductivas de las clases populares?; entonces, lo que importa no es tanto enunciar una política, no, sin tantos bombos ni timbales dar las bases elementales para hacer una política que no sea la de explotación de los pobres niños, que no son pocos, parece que representan por lo menos el 40% de la actual población colombiana; ¿qué opinan los universitarios de esto?, ¿qué se está enseñando en las clases llamadas de Derechos de Menores?, ¿qué se está enseñando en la relación de los hechos sociales y de los grupos humanos en las clases respectivas de ciencias sociales?, ¿cómo están los economistas del país estudiando la posibilidad de arreglo de las bases económicas para combatir tantos vejámenes y miserias?, ¿qué están haciendo los estudiantes de leyes?, porque yo no veo lo que hacen, a no ser que se vuelva burócrata de la jurisdicción de la familia, porque yo no veo como va a salir a poner una oficina de ejercicio de la abogacía con un montón de niños que vagan por las calles muriéndose de hambre, entonces el abogado tendrá que volverse también gamín y morirse de hambre; yo creo que aquí hay mucha farsa, mucha mentira, mucha hipocresía, no nos gusta cumplir con nuestras obligaciones sociales, salvo algunas sectas religiosas que podrán elevar sus preces a sus dioses para la salvación de la niñez abandonada.

¿Cuál es la efectividad jurídica real de las correccionales en Colombia?
No he podido entender nunca que el niño que ha huido de su hogar, casi siempre siendo víctima de la violencia intrafamiliar, el mismo código del menor ordena al juez y al equipo de científicos que tomen todas las medidas para devolver al menor al medio del cual salio, ¿devolverlo a la miseria?, ¿devolverlo a lo mismo que lo volvió, o lo está volviendo un antisocial? Qué clase de política es esa, devolver al niño víctima de la borrachera del padre viciado o a la crueldad de la madre que le pega en las manos por comerse un pan, ¿todo ese aparato de justicia para devolverlos allá? Al contrario, sería para sacarlos de allá, tanto dinero que se malgasta en obras inoficiosas, debería invertirse en magníficos establecimientos, dirigidos por científicos válidos en materias para educar, dirigir y hacer gentes útiles a estos pobres niños abandonados o víctimas aun de cosas que no quiero tratar ahora, que llevan a los horrores tremendos del incesto oculto de tanta y tanta frecuencia al interior de muchos de los hogares colombianos. Es que el problema de los menores no es de códigos, es de medidas efectivas, me recuerda la frase del humorista ingles Bernard Shaw: Qué feliz sería el niño que lo persiguiera el policía para comerse un pan, y no como ahora, por haberse robado un pan. No creen que hay que invertir, como dicen los abogados, la carga de la prueba para poder planificar y ejecutar una sana política a favor de la niñez desamparada; claro que aquí juega mucho papel, al estudiar los grupos humanas, sus constantes invariables, sus efectos y sus causas, nociones de sociología, aun eso que llaman sociología jurídica, pero eso no es suficiente, la sociología es muy interesante desde el punto de vista de estudio de los fenómenos sociales pero, lo fundamental es el mandato de autoridad con poderes para poder distribuir mejor los presupuestos, organizar mejor la salud pública, obligar a los años de judicatura rural, médica, enfermos, etc., pero la sociología de simples postulaciones teóricas, puede ser buena o mala, mientras no se siga por medios técnicos la investigación de la teoría, la gente queda en el aire, porque no hay investigación científica, y sin eso como va a ver planeación económica, planeación en salud pública, de establecimientos dedicados a la protección, y en el caso de antisociabilidad de prevenir el delito al futuro delincuente, que la misma sociedad ha formado, por qué se les castiga con tanta severidad, por funcionarios qué han contribuido con su mal ejemplo, como el robo del tesoro público, a qué el pobre en su base, pues cometa el delito de robarse un pan porque está con hambre; estos problemas prácticos son la materia propia esencial de una buena educación y formación sociológica. La sociología no puede ser un sirviente de causas ajenas, no, es para determinar y señalar los caminos prácticos científicos para subsanar situaciones que otras ramas científicas no tienen en cuenta, de ahí la importancia de la sociología en su unificación con parte de la filosofía del derecho, con algo de la planeación de grupos de presión, propios de la politología, porque el derecho es para formar grupos de poder. Yo no creo en las universidades que no tengan en sus pensumes derecho de menores, porque un buen sociólogo jurídico estudiando estos problemas se ve atado de pies y manos intelectuales, porque cuando le pidan los ejemplos de lo que está analizando, de dónde los va a sacar.

¿Qué implicaciones va a tener la imputabilidad de menores, frente a los que se encuentran en el conflicto en cualquier frente?
En el congreso de nuestras República aun no se han puesto de acuerdo sobre la edad de imputabilidad para lo que se denomina niños, es decir menores de 18 años; en principio lo propuso el Ministro de Justicia de entonces, a los 12 años; luego vino la reacción de algunos representantes como Navarro, quien dijo que de 15 en adelante; al fin no se sabe, sigue rigiendo el tratado de la ONU que prohíbe llevar a la guerra o al combate a los menores de 15 años, pero no de los 15 a 18 años. Esta es la causalidad jurídica, pero viene lo más importante, en encuestas de la prensa monolítica colombina, interrogados muchos menores niños y niñas del por qué se encuentran en los frentes, la variabilidad de causas es tremenda, unos dicen no sabemos, vino la guerrilla y nos llevó, otros responden yo no tenía educación, no tenia techo, me fui voluntariamente a la guerrilla, otros no, estamos a la fuerza, pero, yo me pregunto ¿cuántos niños de las clases altas del país alegan cualquier tipo de esta causalidad?, y ¿están en las guerrillas? Yo creo que si algún día se puede hacer el difícil censo de menores en guerrilla, van a resultar más de las clases populares y medias bajas, que de cualquier otras; ahí si que cabria si los guerrilleros quisieran, ganados en el favor de un pueblo, que hasta ahora no se lo han ganado, permitir las encuestas de los sociólogos universitarios adentro, en la guerrilla, para dar un informe imparcial y científico sobre el problema, y así contribuir a la paz en Colombia.

¿Qué mensaje enviaría a los compañeros de la Universidad Nacional de Colombia, respecto a la situación de los niños en Colombia?
Por intermedio del buen profesor y magnifico alumno que fue, Camilo Borrero, recordarle algo que nos está haciendo falta en nuestra escuela de derecho: menos ley y más sociología.
Qué hacemos estudiando normas y normas que no se cumplen las más de las veces, y descuidando el estudio de los grupos humanos, de sus constantes y variables, de lo que es formaciones no integrales, como la familia en Colombia, aquí se dice una gran mentira, aquí hay muchas estructuras familiares, distintas unas a otras, eso no es el derecho, eso lo podrá decir la investigación sociológica; de modo mi querido Camilo Borrero, si me estás escuchando como hace muchos años en nuestra facultad de Sociología, con perdón de nuestros colegas de Derecho, que sin dejar de estudiar la norma, hay que metérsele más sociología, es decir: más pueblo, más dolor, más realidad, a la simple formula jurídica.


[1] Eduardo Umaña Luna, El Niño – menores de edad – Investigación y análisis interdisciplinarios, Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, Unibiblos, Bogotá 2002.

[2] Ob. Cit.

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